Español: Escudo de armas del arzobispo argentino José Luis Mollaghan, arzobispo de Rosario.
Dividido en dos campos, superior e inferior, el escudo es tajado: en el campo superior, de oro, una cruz abierta de gules (color rojo), que la cruza de parte a parte. La cruz, símbolo de Cristo, abierta, como que es camino, por el cual los cristianos caminamos en Cristo y por Cristo hacia el Padre.
El obispo tiene que recorrer y enseñar este camino, como dice el Apóstol: “Quien os recordará mis caminos en Cristo Jesús” (I Cor 4, 17).El color rojo recuerda “el amor que Dios nos tiene” (I Juan 4,1 6), que motivó nuestra redención; y también el valor del sufrimiento y de las tribulaciones, que Cristo ofreció primero por nosotros, para que perseveremos con Él en sus pruebas (Lucas 22, 28).El del campo expresa que Cristo nos espera victorioso y glorioso, y nos invita a su Reino: “Si hemos muerto con Él viviremos con Él. Si somos constantes, reinaremos con Él” (II Timoteo 2, 11-12), y también, “Superada la prueba, recibirá la corona de vida que ha prometido el Señor a los que le aman” (Santiago 1, 2-4).
En el campo inferior, una estrella de plata simboliza a María, que está junto a la cruz de Jesús (Juan 19,25). Ella refleja como estrella naciente a Cristo. La estrella de ocho puntas hace alusión a la imagen de Madre Admirable, titular de la parroquia que guiaba el nuevo arzobispo, que tiene una aureola de doce estrellas sobre su cabeza.
En heráldica eclesiástica, el capelo (o sombrero prelaticio) es el ornamento exterior al escudo mayormente usado para indicar el grado de dignidad, timbrando el emblema en la parte superior. Su uso fue concedido por el papa Inocencio IV (1243-1254) a los cardenales siendo su primitivo color rojo. Según las leyes de la heráldica, para los obispos su color es el sinople (verde) y para los cardenales, gules (rojo). La cantidad de borlas determina el grado (1 para los presbíteros; 2 para los canónigos; 3 para los obispos; 4 para los arzobispos; 5 para los cardenales).La cruz (el “pastoral”), en bronce viejo, ubicada en pal es signo de la potestad de regir y velar por la fe. Hasta el siglo IX el pastoral era de forma recta, rematado por una cruz. Aquí se trata de la cruz “arzobispal”, de dos brazos (1 brazo para los obispos; 2 para los arzobispos; 3 para el Sumo Pontífice).
Sobre bandera y al pie, el lema de Monseñor Mollaghan “Junto a la cruz de Jesús” (Juan 19,25). Expresa lo referido anteriormente: Junto a la Cruz de Cristo y la nuestra, la presencia de María, Madre de la Iglesia.
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